Las familias empresarias que trascienden suelen concentrarse, en una primera etapa, en hacer crecer el negocio con una disciplina de ahorro y reinversión férrea. Sin embargo, llega un momento de madurez en el que conviene diversificarse y tener un pensamiento con una perspectiva más patrimonial, o lo que es lo mismo, “no poner todos los huevos en la misma canasta”.
Entre las causas principales de la desaparición de las empresas familiares se encuentra la de su incapacidad para adaptarse a un entorno más competitivo y a las nuevas circunstancias.
Un ejemplo de esto es Kodak vs. Fujifilm. La primera es una empresa americana que había estado presente desde el nacimiento de la industria de la imagen (1880), fabricando las primeras cámaras con carrete y fue la inventora del primer sensor de megapíxeles en 1972 (origen de la cámara digital).
En los años 90 y principios de los 2000, ambas empresas se repartían el oligopolio del mercado fotográfico, pero pocos años después, mientras Fujifilm (de origen japonés) estaba ejecutando una exitosa estrategia de diversificación[1], Kodak entraba en bancarrota.
Es ahí donde el Family Office cobra importancia en la conservación de la riqueza, pues como ya comenté en la entrega pasada ¿Qué es y qué no es un Family Office?: “La auténtica misión y objetivo del Family Office consiste en preservar la continuidad de la familia a la cual sirve”.
De esta manera el Family Office es un estadio superior al de la empresa familiar que, además de comprender a esta, integra múltiples cosas más que tienen que ver con la gestión del patrimonio familiar, solo que con una visión más amplia y pensamiento con mayor proyección de años. Podríamos decir que se trata de un enfoque holístico del patrimonio y la familia.
Ahora comparemos el propósito de una y otra.
El objetivo de la empresa familiar consiste en:
- Gestionar la influencia de la familia en el negocio.
- Separar las esferas de influencia.
- La estrategia siempre busca el mejor beneficio para la empresa.
- El diseño corporativo y estratégico gira únicamente en torno a la empresa.
Mientras que el objetivo del Family Office consiste en:
- Conjuntar todo el patrimonio familiar, esto es, tanto a las inversiones en negocios, ya sean operados por la familia o por terceros (joint ventures), como las inversiones inmobiliarias, financieras, activos no productivos, arte, antigüedades, etc.
- Una vez todo aglutinado lo asocia con la transmisión del legado familiar.
- Tiene la visión integral del patrimonio familiar, por lo que toma decisiones cuidando los mejores intereses de la familia y no del negocio por sí mismo.
- La estrategia siempre busca el mejor beneficio para la familia.
Ahora, con el fin de reducir costos ¿se vale que los colaboradores de la empresa familiar hagan las funciones del Family Office? La respuesta es afirmativa, en la medida en que dichos colaboradores en sus actividades de Family Office tengan independencia y pongan los intereses de la familia y del patrimonio por encima de los de la empresa.
Conozco casos en los que sí puede funcionar de esa manera, pero también otros en los que he tenido que intervenir para crear una entidad independiente y proteger al patrimonio de la familia de manera autónoma y también para evitar que con el pretexto de la familia se desangre al negocio. Por lo tanto, depende de la cultura de la empresa y la familia de que se trate.
En resumen, por lo general la Empresa Familiar es la creadora de la mayor parte de la riqueza de la familia, pero llegado el momento es necesario conservar dicha riqueza y es donde entra el Family Office para ayudar a gestionar los riesgos y cuidar de la familia de una manera más profesional e institucional.
[1] Ahora la menor parte de sus ingresos proviene de la venta de cámaras y papel fotográfico, actualmente vende cámaras digitales y se ha diversificado a otros negocios tan diversos como la industria médica.