Los orígenes del Family Office

16 mayo, 2022
Los orígenes del Family Office

En los últimos años, el concepto “Family Office” ha ganado popularidad. Sin embargo, muchos proveedores de servicios similares han intentado “posicionarse” usando este término, desvirtuando  su verdadera naturaleza. Para ayudar a comprender mejor qué es  un “Family Office” y evitar confusiones, elaboraré una serie de entregas sobre en qué consiste y sus principales funciones. Esta, la primera, tiene como objetivo hablar acerca de sus orígenes.   

Existe un consenso entre diversos autores de que el “Family Office” tiene sus antecedentes a finales del siglo XVII, con la familia Rothschild. El  Barón Mayer Amschel von Rothschild, su Patriarca y fundador, forjó una de las grandes fortunas europeas y tuvo 10 hijos, cinco de ellos varones, a quienes despachó a distintas ciudades de Europa para expandir las operaciones de su banco.

El Barón von Rothschild concentró y mantuvo la responsabilidad de las inversiones de la familia, en lo que parecía, más que un Family Office, una entidad que manejaba las participaciones en las sociedades e inversiones de su familia.

Gracias a la gran influencia que tenía la familia Rothschild en toda Europa, otras familias adineradas, e incluso la realeza, adoptaron ese modelo de entidad centralizada de inversiones y operaciones para administrar y preservar su patrimonio[1].

En Estados Unidos este concepto fue adoptado hasta finales del siglo XIX cuando florecieron las grandes fortunas de los Rockefeller, Carnegies, Pews y Pitcairns. Para finales de la década de 1880, John D. Rockefeller no solo estaba por convertirse en el hombre más rico del mundo, sino también era reconocido por ser un gran filántropo. No pocas veces trabajaba hasta ya muy entrada la noche contestando cartas con peticiones para obras de caridad que le llegaban de todos los rincones del país. Según sus biógrafos, literalmente llegaban a su oficina baúles llenos de pedidos de ayuda para muy variadas causas.

Consideraba impropio delegar esa tarea en alguien más. La filantropía era una vocación que practicaba desde treinta años atrás cuando comenzó su incursión en los negocios y trabajaba para una tienda de abarrotes. De los 45 dólares que ganaba en ese entonces, cinco los daba a obras de caridad.

Pero eso no era lo único que lo agobiaba. Además de ser quien presidía a la Standard Oil Trust Company era su accionista mayoritario, y como tal, recibía cantidades importantes en dividendos. Se calcula que percibía entre cuatro y cinco millones de dólares, por los cuales ni siquiera pagaba impuesto sobre la renta. ¡Mucho dinero para guardarlo debajo del colchón![2]

Mientras eso sucedía en Nueva York, en Minnesota un joven ministro de la Iglesia Bautista renunció a su cargo para dedicarse a la recaudación de fondos para la Pillsbury Academy y posteriormente para la creación de la Universidad de Chicago. Ahí fue donde John D. Rockefeller conoció a Frederick Taylor Gates, a quien pidió que le ayudara con la filantropía.  Gates resultó ser un gran administrador; rápidamente tuvo todo arreglado y descubrió que diversas organizaciones a las que Rockefeller apoyaba no existían y algunas de las inversiones que realizaba eran altamente cuestionables[3].

Fue así que en 1882, nace el concepto moderno del Family Office y podemos ubicar a Frederick Gates como su padre, quien le dijo a John D. Rockefeller:

“Your wealth is building up, and if you do not make the arrangements for it, it is going to overwhelm your descendants. You must do something to organize all of it”.[4]

La concepción que tenía Frederick Gates no era la de una casa matriz para la toma de decisiones de las inversiones diversificadas, sino contar con un staff dedicado exclusivamente a ayudar a la familia a administrar el patrimonio familiar en su conjunto, incluyendo todo tipo de necesidades y hasta la filantropía.

Frederick Gates / Colección Privada

A la fecha, el Family Office de los Rockefeller continúa ayudando a la sexta generación de la dinastía. Aquí se aprecia una fotografía de la recepción de la oficina física llamada “Room 5600”.

Crédito: Fred R. Conrad / The New York Times

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[1] Richard H. Mayer & Donald R. Levy, Financial Planning for High Net Worth Individuals, Beard Books, 2004, página 10-1.

[2] Peter J. Johnson, Three Centuries of Rockefeller Family Philantropy, Rockefeller Philantropy Advisors, 2004, pags. 6 y 7.

[3] Frederick Taylor Gates, Chapters in My Life, The Free Press, 1977, página 173.

[4] “Tu riqueza se está acumulando, y si no haces los arreglos para ello, abrumará a tus descendientes. Debes hacer algo para organizarlo todo”

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