Mis recomendaciones al Presidente para su Testamento Político

24 enero, 2022
Mis recomendaciones al Presidente para su Testamento Político

Hace aproximadamente seis meses me contactaron de la Oficina de la Presidencia de la República para solicitar mi presencia en Palacio Nacional, no me dijeron cual sería el objetivo ni con quien sería la reunión, simplemente se me informó que era necesaria mi presencia por una cuestión de relevancia nacional. La cita sería a los tres días siguientes. 

El misterio se resolvió cuando al entrar a Palacio me condujeron hacia la sección principal, ya estándo en la sala de espera me informaron que el Sr. Presidente me recibiría al concluir su conferencia de prensa matutina. 

A los pocos minutos un joven de la ayudantía me condujo al despacho en donde en una mesa se encontraba desayunando el Presidente. Advertí que le habían preparado claras de huevo con nopales y jugo verde, lo cual me sorprendió pues sabemos a que al señor le gustan los antojitos mexicanos y la comida apetitosa, pero no del todo saludable. 

—Guillermo muchas gracias por venir ¿quieres algo de desayunar? —preguntó al estrechar mi mano. 

Rechacé la invitación, no sin agradecer la cortesía, pero más allá que yo ya había desayunado, me pareció un sacrilegio almorzar dentro de lo que conisdero un museo y utilizar muebles antiguos que, en lugar de conservarse, se desgastan en el despacho cotidiano de los asuntos gubernamentales. 

—La gente no sabe que la mayoría de los días aquí me atormentan con estos desayunos desabridos —se quejó con pesar. Las comilonas que ves en mis fotos y videos de mis redes sociales son los pocos gustos que me puedo dar cuando me escapo de la vigilancia de Beatriz. 

Después entró en materia —estoy preocupado, tengo buena salud y no hay motivo de alarma, pero como seguramente sabes hace ocho años sufrí un infarto; también mi agenda es intensa, tengo muchas presiones y pues el estar en esta oficina genera estrés. 

—Es por eso que quisiera que me ayudes a hacer mi “Testamento Político”. 

Con sorpesa y curiosidad le pregunté: —¿a qué se refiere con Testamento Político, Sr. Presidente? 

—Muy fácil —respondió con tono seguro— como todo mundo sabe no soy un ambicioso vulgar y por eso no tengo bienes a mi nombre, mi rancho en Palenque ya lo escrituré a nombre de mis hijos, mi casa y las regalías de mis libros ya las cedí a Beatriz mis esposa; no tengo tarjetas ni cuentas bancarias. Como puedes ver no tiene caso que haga mi testamento ante Notario Público.  

—No necesito un testamento civil, sino uno político. Es ahí lo que más preocupa, pues si bien ya están sentadas las bases de la cuarta transformación aún hay mucho trabajo por hacer, además imagínate la inestabilidad política si llego a faltar.  

—Me parece muy bien que esté pensando en arreglar sus asuntos Sr. Presidente –le comenté en afán conciliador— siempre he pensado que es un deber y una actitud responsable hacerlo y desafortunadamente están las estadísticas que la mayoría de la gente no le toma importancia y por eso tantos problemas y dolores de cabeza.  

Me iba a interrumpir cuando proseguí —solo que no estoy de acuerdo en que no sea necesario que haga su testamento civil, pues está perdiendo de vista lo más importante ¡Jesús, su hijo!.. que aún es menor de edad.  

—¿Qué pasaría si usted y Beatriz faltan? ¿Quién tendría a su cuidado a Jesús? Como ve, también es un acto de responsabilidad y un deber como padre designar a una persona de absoluta confianza y que tenga las características adecuadas para poder asumir esa relevante tarea y eso solo se puede hacer en un testamento otorgado ante notario público. 

—Además —le insistí—es posible que en el futuro sí llegue a tener bienes y también es muy posible que se requiera de un albacea para cerrar los asuntos legales que pudiera tener pendientes, más aún tratándose del Presidente de la República. 

—Por otro lado, Sr. Presidente con franqueza no veo cómo pueda ayudarle con su Testamento Político, quizás no le informaron que la política no es mi campo de asesoría profesional y además no acabo de entender cuál sería el objetivo de ese documento. 

—¿Te puedo llamar Memo? —me preguntó el Presidente en tono cercano y persuasivo— sé muy bien a qué te dedicas, cuáles son tus antecedentes y cuál es tu especialidad y por eso mismo creo que me puedes ayudar.  

—Leí tu libro y quisiera que me ayudes a aplicar los principios de la #herenciaquetrasciende y de la sucesión empresarial en mi testamento político. 

Tomando aire y con voz menos contundente comentó —es indispensable que mis más cercanos colaboradores, aliados, seguidores y el pueblo tengan un marco de acción y comportamiento en caso de que el creador disponga de mi vida. 

—Entiendo —repuse— solo que el título “Testamento Político” me parece inapropiado, pues la función del testamento es plasmar en un documento cómo queremos distribuir nuestras posesiones y bienes personales cuando faltemos y como usted bien lo sabe y lo ha comentado en repetidas ocasiones el Presidente no es dueño del país ni su gabinete y partido político es su familia. ¿Qué es lo que heredaría? 

Hizo una mueca al escuchar mi comentario, pero volvió a la carga —el lenguaje debe ser fácil para que lo entienda el pueblo, la cosa se complica cuando llegan ustedes lo abogados y lo entorpecen todo, pero no vamos a hablar hoy de eso, lo importante es el contenido del documento, del cual yo ya tengo algunas ideas, pero antes de decírtelas me gustaría conocer tu opinión sobre lo que debería contemplar. 

—Con todo respeto, creo que no hay mucho margen de maniobra al respecto Sr. Presidente; este caso no es como en la mayoría de las familias que aconsejo en donde existen existen diversas alternativas para disminuir los riesgos de conflicto y fomentar la armonía. 

—Por ejemplo, respecto del tema más importante que sería la del nombramiento de su sucesor, me parece que tiene las manos atadas, no solo porque en la Constitución existe un mecanismo muy claro al respecto que usted conoce, sino porque usted mismo ha comentado en repetidas ocasiones que es un demócrata, que no va a excederse y que no influiría en la designación de su sucesor. 

—Me parece que si intentara hacerlo estaría poniéndose del lado incorrecto de la historia y su legado estaría en serio riesgo. Mi opinión es que si Usted intentara alinear a su movimiento y aliados en torno a una figura designada por usted, por más bueno que sea el propósito último, me parece que lastimaría profundamente nuestra democracia. 

—Más aún sus adversarios inmediatamente lo atacarían y tildarían de monarca que hereda el trono, mesiánico, inmoral, antidemocrático, que desprecia las instituciones, imitador de Hugo Chávez que nombró a Maduro como el continuador del su “proyecto”, etc. ¡No les dé ese gusto! 

—Si bien entiendo su preocupación por la ingobernabilidad que se presentaría si usted llegara a faltar, del comportamiento las tribus de Morena, de los oportunistas y del riesgo de su proyecto de nación y la transformación; también creo que hacerlo perjudicaría más de lo que ayudaría. 

—Aparte de que un Testamento Político no es vinculante y no tiene ninguna validez legal. Ni el Congreso ni el nuevo Presidente tendrían obligación de seguir sus instrucciones, por el contrario creo que podría fomentar una ruptura más profunda entre quienes quisieran hacerle caso y los que no. 

—Acuérdese que Lenin, que también hizo su Testamento Político, en el que pidió exuplsar del partido a Stalin y vea lo que ocurrió después. 

—Además, como usted afirma, ya están sentadas las bases de su proyecto y ya no es posible retroceder, el que venga ya no tendrá otra opción que continuarla. 

El Presidente tenía ya otro semblante, se levantó, me invitó a sentarnos en la sala y me pidió que continuara —me extrañó que no intentara hablar. 

—Ahora —proseguí— una cosa es extralimitarse en sus facultades constitucionales y otra es favorecer la gobernabilidad, con esto último estoy de acuerdo. 

—En cuanto a la gobernabilidad, me parece que el margen de maniobra que tendría para dicho documento sería plasmar su análisis de la situación actual, su visión a futuro y cómo deberían enfrentarse los retos. Si lo enfoca desde ese punto de vista estaríamos hablando de un auténtico estadista que respeta la investidura y actúa con responsabilidad. 

—Siendo así —continué— y esto es lo más importante, el documento debería ser público, tendría que darse a conocer, pues no habría nada que esconder, pues se trataría de un tema de interés público y de la mayor relevancia.  

—La secrecía en estos casos es muy mala compañía, acuérdese de lo que digo en mi libro que las sorpresas suelen ser mal agrado hasta en los cumpleaños. 

Cuando acababa de terminar mi argumento, entró el joven de la ayudantía y dijo: —Sr. presidente ya lo están esperando para su siguiente cita.  

Muchas gracias por tus comentarios Memo —me dijo el Presidente al levantarse del sillón— pero no hemos concluido, te busco para que volvamos a reunirnos y ese día te vienes sin desayunar. 

Esa fue la única reunión que sostuve con el Presidente, después de eso nadie me volvió a contactar y no supe nada del tema hasta que el viernes pasado me enteré que le habían realizado un cateterismo. 

Al día siguiente publicó un video en sus redes sociales en donde comentó que sus médicos le permitieron seguir con su actividad habitual, pero que por “responsabilidad y para garantizar la gobernabilidad” había elaborado un “testamento político” por si llegara a fallecer, pero no lo haría público.

* * * 

Nota final: esta reunión nunca existió ni me convocaron a Palacio Nacional, no conozco al Presidente y todo el relato es producto de la ficción; sin embargo está basado en hechos reales (el cateterismo, el video y las declaraciones que ha hecho sobre su patrimonio, etc.). 

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2 Comments
  • Fernando J Mares Delgado

    Felicidades Guillermo ,al leer tu gran documento me llamo mucho la atención que el Sr Presidente este , te permitirá tanto la voz , y sobre todo la valentía y seguridad de tus conceptos tan acertados, “en esta entrevista “ reafirmas como así es , que el Sr se cree dueño del país, dictador que seguro quiere heredar el trono, también me dejas claro como en nuestro país como lo dijo Fuentes Mares, la figura presidencial afecta al país y por ello deben reivindicarse que desplantes de ego y soberbia al ver su figura y envestidura presidencial tan golpeada por sus errores y desplantes al creerse dueños de este al centralizar todo o tanto en el .
    Otro aprendizaje que plasmas en esta gran redacción nos deja entrever al personaje suigeneris como lo es el, cercano pero al mismo tiempo ignorarte y terco en su posición .
    Que grato sería que en estas fechas pudieras estar con él y decírselo ,aunque sé que de algún modo él pudiera enterarse de esto si alguien se lo hiciere llegar .
    Gracias de nuevo Guillermo.
    Con gran admiración .
    Fer

    12:19 am 25 enero, 2022 Responder
  • Muchas gracias por tus comentarios Fernando, te mando un abrazo!

    3:50 pm 3 febrero, 2022 Responder
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